Aristóteles caracterizó al ἄνθρωπος como aquel ser que, si bien se distinguía del resto de los seres vivos por su capacidad racional, mantenía una continuidad para con el alma vegetativa de las plantas y la sensitiva de los animales. Es decir, al incluir su distinción en un marco metafísico en el que ya no era necesario suponer el ámbito de lo “en sí” platónico, sentó las bases de una concepción naturalista de lo humano. No obstante, a pesar de esta naturalización, con su acento en la racionalidad propia del ἄνθρωπος, Aristóteles legitimaría una concepción excepcionalista de este que se mantendría aún hasta la época contemporánea. Así, el objetivo de esta ponencia será analizar la tensión entre naturalización y exclusivismo en la concepción aristotélica del ser humano.