Luego de décadas marcadas por la escasa intervención pública en materia habitacional, el Plan Federal de Vivienda, lanzado en 2003 por el entonces presidente Néstor Kirchner, impulsa un giro re-centralizador de la política habitacional, al ritmo de nuevos programas de vivienda y de infraestructura urbana. Si bien, la política de los Planes Federales sigue los cánones de los programas y de experiencias urbanísticas presentes en varias ciudades latinoamericanas (DELGADILLO, 2014); un aspecto novedoso del caso Argentino es que dicha política restituyó la cuestión de la vivienda en la agenda pública, reposicionando al Estado como actor clave en el sector, en virtud del volumen de recursos destinados y de soluciones habitacionales producidas (RODRÍGUEZ, DI VIRGILIO; 2011).
La centralidad que adquirió la política de vivienda en el país abre algunos interrogantes acerca de su implementación en el aglomerado más densamente poblado: el Área Metropolitana de Buenos Aires. En este marco, el artículo pasa revista a y nos brinda herramientas para reflexionar sobre 1) rol del Estado, en sus diferentes niveles, en la planificación e implementación de los proyectos urbanos que se gestionaron a partir de los Programas Federales; 2) la correlación entre el tipo de déficit habitacional específico soportado y la política urbana implementada y 3) el desarrollo de cada uno de dichos programas y la existencia (o no) de una política de suelo u otras medidas que los acompañen.