En América Latina la continuidad del proyecto extractivo, desarrollado en las últimas décadas, necesita de la readaptación de la infraestructura existente y la construcción de nueva infraestructura acorde a los actuales patrones productivos y de intercambio. Los corredores de transporte, energía y comunicaciones son las obras priorizadas por los países de la región en base a una visión en la que prevalecen las demandas del mercado internacional y de los actores geopolíticamente hegemónicos.
La zona del Paraná inferior se ha transformado en un importante polo logístico con pretensiones de crecimiento y de expansión a los puertos del Paraná medio, sobre todo en la ciudad de Santa Fe, ante la hiperespecialización de la región en la exportación de commodities y la tracción del mercado mundial. En tal sentido se desarrolla una infraestructura acorde a los nuevos requerimientos del comercio internacional, priorizando la multimodalidad y las salidas bi-oceánicas. La reconversión del puerto de Santa Fe, junto a otras obras como los puentes Santa Fe-Paraná y Santo Tomé-Santa Fe, el Plan de Circunvalación Ferroviario en la ciudad de Santa Fe, el Plan de circunvalación vial, la construcción del aeropuerto internacional Santa Fe-Paraná, la interconexión portuaria Santa Fe-Rosario y las obras de readecuación del Belgrano Cargas responden a esta readaptación.