EL punto de partida de este trabajo se posiciona en los debates que se generan en el campo de estudios sobre medicinas no-convencionales, respecto del por qué las personas las eligen. Más allá del amplio espectro de respuestas posibles, y de los modos de clasificación de estas elecciones que se ofrecen en pos de esquematizar la variabilidad de lo real, este trabajo hace foco en otro aspecto del recorte propuesto. Este trabajo ahonda en una línea argumentativa delineada por los usuarios de una terapia alternativa (la reflexología podal), en cuyo contexto se define la elección de la terapia como una acción no sólo congruente con la propia situación biográfica y con las concepciones acerca del cuerpo y lo que un recurso terapéutico “debe ser” para ser valorado. Sino como una acción razonable, más o menos válida para un x cualquiera; es decir, como parte de una comprensión de sentido común que se supone mutuamente compartida (Schutz, 2003; Giddens, 2007).
El objetivo del artículo es analizar la construcción narrativa de la razonabilidad en torno al uso de la reflexología que esgrimen sus usuarios. Nos referimos al trabajo activo que emprenden los actores sociales a la hora de generar una “explicación acorde con lo que es generalmente reconocido, en su ambiente social, como razonable” (Giddens, 2007:141).
Nuestro planteo es que este tipo de razonabilidad se articula con un conocimiento práctico de la gestión del malestar (Visacovsky, 2009) que si bien pondera a la reflexología como terapia no-convencional, no termina de definirla como alteridad radical.