Los últimos años han sido testigos de fenómenos climáticos extremos, la comunidad científica concuerda que uno de los factores que más influencia en este cambio es el uso de energías no renovables por parte del ser humano. Cuando se quema gasolina, se producen entre otros: nitrógeno, vapor y dióxido de carbono, los cuales producen el efecto invernadero, que atrapa la radiación solar en la atmósfera, calentándola. Se hace cada vez mayor la necesidad de apuntar al desarrollo de energías limpias, y que sean benignas en términos de impacto sobre el medio ambiente y el ser humano.
El hidrógeno es el más ligero, simple y abundante de los elementos químicos en el universo, y está siendo utilizado como una fuente de energía limpia en términos de emisiones. En la actualidad, el hidrógeno es producido por diferentes fuentes: 48% a partir de gas natural, 30% de aceite, 18% a partir de carbón, y la electrólisis del agua sólo el 4%.
Se produce sólo en combinación con otros elementos, principalmente con oxígeno en agua y con carbono, nitrógeno y oxígeno en materiales vivos y combustibles fósiles. La producción de hidrógeno a partir de gas, petróleo y carbón provoca graves problemas de contaminación por emisiones de carbono, plomo y otros contaminantes.
En las celdas de combustible, se combina con el oxígeno sin generar CO2, el único subproducto es agua. Algunas de las ventajas de la producción de hidrógeno son:
(i) la seguridad energética mediante la reducción de las importaciones de petróleo, (ii) sostenibilidad mediante el aprovechamiento de fuentes de energía renovable, (iii) menos contaminación y mejor calidad del aire urbano por la producción de casi cero de carbono, hidrocarburos, gases de efecto invernadero y emisiones NOx.
(iv) viabilidad económica en la formación de los futuros mercados energéticos mundiales.
(v) tiene un alto contenido de energía por unidad de masa en comparación con el petróleo.
(vi) la hidroelectricidad a partir de hidrógeno se puede utilizar para producir energía a zonas remotas o aisladas