Los autoelevadores propulsados por motores de combustión interna al emitir gases de escape no pueden ser utilizados en lugares cerrados, así nace la posibilidad de sustituirlos por equipos propulsados por baterías plomo-ácido o pilas de combustible.
Una característica importante que tienen las pilas de hidrógeno es que son capaces de mantener constante la tensión y potencia que entregan, por lo que es posible aumentar la productividad de la planta, además gracias al menor tiempo de recarga de la pila de combustible y que el tiempo de cambio o reposición es nulo, se pueden recuperar horas de trabajo en comparación con el uso de baterías plomo-ácido. Los productos resultantes de las baterías de hidrógeno son amigables con el medio ambiente y su tratamiento resulta técnicamente más simple y económicamente más bajo.
Las baterías de plomo ácido cuando llegan al final de su vida útil se convierten en residuos peligrosos según la ley 24.051 y por tanto surgen las limitaciones debidas al tratamiento de estos residuos. En cambio la falta de legislación para el uso de las pilas de combustible representa una barrera a la penetración de esta tecnología en nuestro país.
Es evidente que si al menos en ambientes cerrados se logra utilizar autoelevadores a batería o pilas de combustible se pueden reducir emisiones provenientes de la combustión en un motor de combustión interna, debido a que se reduce el consumo de combustible.