Enfrentar los efectos del cambio climático en el territorio implica un largo y arduo camino de aprendizaje de todos los actores involucrados. Desde los organismos políticos y de gestión que deben superar su accionar compartimentado y desvinculado de los ámbitos de investigación, creando formas innovativas de vinculación entre los distintos sectores de la administración, que posibilite la adopción de políticas integradas. Desde el ámbito de la investigación la necesidad de superar la tradicional delimitación disciplinar para integrarse en equipos inter y transdisciplinares, que requieren: voluntad de cambio, adecuación de los marcos teóricos de referencia, compatibilización de los diversos lenguajes e interpretaciones conceptuales. Sólo así se podrá superar la diversidad discursiva sobre un mismo tema y abordar las crisis ambiental, energética y alimentaria de forma integrada. Quizás más largo aún será el aprendizaje de la sociedad, pues se trata de modificar hábitos fuertemente arraigados y deseados, considerados por la mayoría como el paradigma de la calidad de vida.