Muchas veces los docentes sentimos que la tarea desborda nuestras expectativas. Proyectamos, elaboramos actividades cuidadosamente seleccionadas e imaginamos resultados que distan mucho de lo que esperamos, esto nos perturba y nos cuestiona. En el cotidiano escolar aparecen continuamente situaciones que nos “distraen”, nos corren de esa estructura que hemos elaborado cuidadosamente. Y esto nos preocupa.
En uno de esos momentos, mientras me encontraba desarrollando el tema mitología griega –para alumnos de un sexto año de la escuela primaria donde trabajo- y habiendo preparado un plan interesante donde iríamos transitando diferentes autores y textos, surge algo que no entendía muy bien qué era, algo que provocaba comentarios y miradas cómplices entre los alumnos. Me propuse averiguarlo.