Lo que nos resultó más inquietante de este texto, es decir, lo que nos suscitó más preguntas y cuestionamientos (y ganas de poner este texto en juego en una clase de secundaria) es este efecto de sorpresa que se genera en lxs lectorxs cuando, en realidad, la voz narradora se había bien ocupado de que no tuviéramos anclaje textual alguno para atribuirle ningún género ¿Por qué lo leemos como una especie de revelación? ¿Qué es lo que nos lleva, entonces, a sorprendernos? ¿Qué sucedió en nuestra lectura para que ahora el mismo texto nos muestre que, de alguna manera, "nos quedamos cortxs" ante él?