En este trabajo nos interesa el estudio de los procesos de construcción identitaria desde una perspectiva que reconozca la multidimensionalidad de los espacios y sujetos que se afirman. En Identidades asesinas, el autor Amin Maalouf nos recuerda que la identidad no se divide en mitades, ni en tercios, no está hecha de compartimentos. No tenemos varias identidades, tenemos solo una, que es producto de todos los elementos que la han configurado mediante una “dosificación” singular que nunca es la misma en dos personas ya que dependen en cada caso de las múltiples pertenencias que en cada uno de nosotros se combinan (Maalouf 1999:10, 25). Su caso es, sin duda, especialmente interesante y explica, al menos en parte, su preocupación por estas cuestiones. Es árabe y cristiano, es francés y libanés; pertenece a la comunidad melquita pero aparece en el registro civil del Líbano como protestante. Esta confluencia de pertenencias puede parecer paradójica pero precisamente sobre todas esas pertenencias se ha forjado su identidad.