Didi Huberman (2007) señala que lo propio de un archivo es su “ser horadado”, los huecos y lagunas, la censuras y destrucciones operadas en forma inconsciente o deliberada. Por lo tanto, la operación de lectura está atravesada por la pregunta que formula Hubeman: “¿cómo orientarse?”. Esta pregunta desencadena una serie de interrogantes que surgen ante el material: ¿qué textos del corpus existencialista publicó la revista y qué omitió? ¿Qué desplazamientos se produjeron a lo largo de este extenso período, qué adhesiones y rechazos, ingresos de autores y exclusiones en función del contexto europeo y nacional? ¿Qué textos se convierten en documentos del archivo existencialista que construye el investigador y cuáles no? ¿Ese archivo es un objeto epocalmente cerrado y bien delimitado o debe proyectarse hacia atrás en virtud de otros textos que aparecen como antecedentes necesarios?
Nuestro y que específicamente tiene que ver con la reconstrucción del modo de leer el existencialismo francés por parte de la revista a partir de la recuperación de un hecho puntual: la polémica que tuvo lugar entre Jean-Paul Sartre y Albert Camus, en 1952 en Les temps modernes que llevó a la ruptura de la amistad entre ambos escritores. El objeto a analizar son los efectos de lectura de esta polémica en la revista argentina, en donde de alguna manera, la discusión resuena proyectada en la coyuntura política nacional e internacional (peronismo y Guerra Fría) así como también evaluar los diversos posicionamientos que, a lo largo de casi dos décadas, fue adoptando Sur en forma más o menos explícita con respecto a estos dos intelectuales vinculados a la esfera existencialista.