Dark, la serie original alemana de Netflix creada por Baran bo Odar y Jantje Friese en 2017 (ya lleva dos temporadas), está atravesada por discursos sobrenaturales -propios de la ciencia ficción- que incluyen viajes en el tiempo, paradojas espaciales y opacidades dignos de un drama distópico y apocalíptico. Sin intenciones de spoilear, lo que me interesa de Dark es la lógica de trauma y espanto que empuja a lo largo de la historia. La serie como producto audiovisual con manejo de suspenso y estética de Thriller, es asfixia pura y oscuridad hiriente. En esa trama, el desplazamiento temporal integra una idea circular, de destino repetitivo, imposible de quebrantar y con más dudas que certezas.