En este trabajo me propongo describir los diversos modos en que trabajadoras/es de escenografía de una institución cultural estatal definen y practican una pertenencia a la clase media.Con ello me refiero a una práctica activa de definición del mundo social alrededor de la cual se edifican fronteras simbólicas que invocan un “nosotros” comprendido en torno a la imagen de un colectivo de clase media, distinto de un “ellos”, que alude siempre a personas y agrupamientos -habitualmente reconocidos en términos de clases sociales- cuyas posiciones se ubican hacia abajo o hacia arriba de la estructura social. Particularmente, mi trabajo de campo se concentra en la vida cotidiana de trabajadoras/es que realizan tareas vinculadas al oficio de la pintura en un taller técnico de escenografía ubicado en un subsuelo de uno de los principales teatros públicos del país.
Para abordar metodológicamente esta problemática me he orientado principalmente por el enfoque etnográfico (Guber, 2014) a partir del cual he desarrollado observaciones de campo de sus jornadas laborales, en locaciones fuera del teatro vinculadas a muestras, recitales y eventos en centros culturales, y entrevistas semiestructuradas en profundidad guiadas y elaboradas en función del trabajo de campo previo.