La presente ponencia intenta ser un aporte a la hora de visibilizar las distintas brechas de género, que se suscitan entre los varones y las mujeres, que han ingresado al mercado de trabajo en la provincia del Neuquén. Si bien se reconoce que la precariedad laboral es una impronta y una tendencia mundial de nuestra época, se le debe a la rama de la economía feminista, el hecho de haber puesto sobre el tapete las discriminaciones aún mayores que, por su condición de género, padecen las mujeres en el mercado de trabajo. Se podría conjeturar que el factor explicativo de estas inequidades se encuentra en la división sexual del trabajo, que se traduce, en la práctica diaria, en una mayor cantidad de horas dedicadas por las mujeres al trabajo no remunerado.
Las estadísticas dan cuenta de estas brechas de género en una provincia que se destaca por las actividades hidrocarburíferas, que permiten el despliegue de los privilegios masculinos. A pesar de que los marcos normativos definen una igualdad de oportunidades, cuando las mujeres ingresan al mercado de trabajo, deben lidiar con el machismo cotidiano que perpetúa múltiples discriminaciones hacia ellas.