El Banco Interamericano de Desarrollo – BID – lanzó, en el año 2013, la publicación Economía Naranja en la cual analiza el impacto económico de las industrias culturales y creativas en América Latina y el Caribe. En el año 2017, el análisis se amplió y se publicó el libro Economía Naranja: Innovaciones que no sabías que eran de América Latina y el Caribe. Esta serie de estudios de caso sobre 50 destacadas iniciativas en 12 países demostró un argumento contundente sobre la creatividad como motor de la innovación y de estas industrias como cimientos de talento emprendedor, dos factores clave para acelerar el desarrollo regional.
Posteriormente, en el año 2018, el BID encargó al Institute For the Future un estudio sobre cómo podrían impactar en las industrias culturales y creativas varias de las grandes tendencias que están cambiando al mundo. El producto de ese análisis fue la publicación, El futuro de la Economía Naranja: fórmulas creativas para mejorar vidas en América Latina y el Caribe.
En este sentido, como docentes de la Universidad Nacional de La Plata - Facultad de Bellas Artes, de la carrera de Diseño en Comunicación Visual, más puntualmente de la materia mercadotecnia correspondiente al último año de la carrera, nos resulta relevante preguntarnos cómo nos encontramos situados frente a esta realidad. ¿Estamos en condiciones de garantizar, en nuestras prácticas áulicas, que los alumnos, luego en su práctica profesional, logren con estos aprendizajes, ser capaces de motorizar modelos organizacionales que brinden una ventaja competitiva sostenible en el tiempo?