En el contexto actual latinoamericano, la gran avanzada de medidas neoliberales conlleva un fuerte impacto en las políticas educativas con su consecuente repercusión en el plano social. La desvalorización de lo público, que permite la injerencia predominante del mercado en las decisiones del Estado, atenta contra la educación pública. La pérdida de lo colectivo y la fragmentación del tejido social dentro de los espacios educativos se vuelven una problemática vigente a la hora de pensar la formación docente. En este contexto, resulta fundamental reflexionar en torno a la socialización y la posibilidad de habilitar un espacio de intercambio colectivo dentro de una experiencia enmarcada en la universidad pública. A partir de la experiencia realizada en la cátedra Didáctica especial y prácticas de la enseñanza (titular Alicia Filpe), el presente trabajo retoma la socialización como un instrumento de evaluación. ¿Qué sucede en esta instancia que los estudiantes la reconocen como bisagra? ¿Por qué modifican las intervenciones en sus prácticas, luego de esta experiencia? Estas preguntas disparadoras nos llevan a reflexionar sobre la socialización como un dispositivo de formación.