Entendiendo el envejecimiento como un proceso relacionado con cambios biopsicosociales y a la vejez como etapa de vida que transcurre en forma particular para cada persona nos hacen pensar que desde nuestra labor interdisciplinaria se hace indispensable la creación de espacios posibles donde, al reconocer en el adulto mayor sus fortalezas, debilidades y competencias, se lo pueda acompañar a transitar dicho proceso. Además considerando que la identidad se logra mediante un proceso de identificaciones a lo largo de los años, y que se reconoce mientras exista una alteridad antagónica, es decir, que somos lo que somos diferenciándonos de aquello que no somos; y que al irrumpir la crisis desestabiliza el límite, la identidad, nosotros como profesionales debemos acompañarlos en el camino a reencontrar su identidad o ayudarlos a incluir nuevas formas identitarias con el objeto de evitar su sentimiento de exclusión. Se intentara reflejar lo realizado por este grupo de profesionales junto a, Sara, adulta mayor, en la creación de un espacio particular con las características arriba mencionadas.