¿Por qué el cine de ciencia-ficción nos despierta esa sensación de cercanía, de estar convocándonos directamente, aún cuando la construcción diegética de sus universos narrados suele distanciarse de manera evidente respecto de nuestro propio mundo, tal como lo conocemos…? Bajo este interrogante, el presente trabajo se propone indagar en el efecto de progresiva aclimatación que el género sci-fi presenta en el cine, específicamente a través del enrarecimiento de la diégesis y de la generación de empatía para con las reacciones que los personajes adoptan frente a situaciones extremas, así como de la manifestación de temores y dilemas que han sido (y siguen siendo) problematizados por el ser humano desde el cine de ciencia-ficción. A tales efectos, se analizarán brevemente tres películas propias del género: Invasion of the Body Snatchers (Don Siegel, 1956), Under the Skin (Jonathan Glazer, 2013), y Primer (Shane Carruth, 2004). El eje vertebrador que orientará nuestro análisis será la idea de extrañamiento u ostranenie, a partir de lo cual se espera poder ahondar en las herramientas iconográficas de que el cine de ciencia-ficción se vale a fin de convocar a su público, de llamarlo a la reflexión crítica respecto a aquello que pareciera residir ya, de manera velada, al interior del ser humano.