Nos interesa indagar en aquellos debates producidos entre un conjunto de actores sociales que, en el afán de regular la producción arquitectónica, persiguen una estética edilicia conveniente para la nueva capital nacional. Estos actores conformaron una red de sociabilidad hasta el momento invisibilizada que involucró a ediles e intelectuales, así como artistas, arquitectos e ingenieros, que permite evidenciar una triangulación entre la enseñanza oficial impartida en la recientemente creada Escuela de Arquitectura de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (EA, FCEFN, UBA), la definición de un marco normativo por parte del Honorable Concejo Deliberante de la Ciudad y las lógicas de la producción material de la ciudad impulsadas por la especulación y el capital privado. Esta triangulación involucró, asimismo, a las corporaciones recientemente creadas, tales como la Sociedad Central de Arquitectos, que en busca de validar la arquitectura en tanto saber intelectual y práctica profesional, actuó a la manera de una Academia, estableciendo un círculo elitista de pertenencia vinculado directamente a las esferas de la elite política local.