El beaux-arts ha sido despreciado por buena parte de la historiografía sobre la arquitectura en América Latina. Hacia los años 1970s, sin embargo, tuvo lugar una reivindicación nostálgica del movimiento en general que fue vista críticamente, ya sea inquiriendo acerca de su pertenencia regional y por lo tanto acerca de su inclusión o, por el contrario, abordado como parte de la arquitectura moderna. Se propone aquí una serie de observaciones sobre el problema del beaux-arts entre el desprecio, el silencio y la nostalgia. Como contrapartida se plantea la interpelación del lugar posible en una historiografía sobre la arquitectura en América Latina.