En la década de 1930 en Brasil, el presidente Getúlio Vargas implantó políticas nacional desarollistas, como la llamada “Marcha para o Oeste”, para integrar nacionalmente regiones brasileñas lejanas. Fue ampliada la infraestructura e inducida la urbanización y la creación de nuevas ciudades, como Goiânia, la nueva capital de la provincia de Goiás, en el Centro-oeste del país, reemplazando la antígua capital Villa Boa de Goiás que reflejaba el contexto político-económico del periodo colonial brasileño.
El plan de Attílio Corrêa Lima para Goiânia reflexionó no solamente la adopción de principios e ideas urbanísticas relacionados al periodo de la consolidación del pensamiento urbanístico de la década de 1920 sino atribuyeron a la ciudad de Goiânia el aspecto de un laboratorio brasileño de experimentación de concepciones urbanísticas. Esas fueron transferidas e importadas de Europa y Estados Unidos al Brasil, asociándose a la práctica planificadora del ingeniero-arquitecto y volviendo la ciudad de Goiânia en un laboratorio de experimentaciones urbanísticas en América Latina.