Nuestro bagaje cultural, de la Educación Física, proviene en gran medida de la formación teórica, que curiosamente –en su mayoría–, son propias de otras áreas de conocimiento y no condicen necesariamente con lo que hacemos. Numerosos autores ensayaron diferentes definiciones, que se encuentran fuertemente contaminadas por otras áreas; y otros autores no estiman la importancia dedicándose a su aplicación. El problema de la definición, es que debe guardar una estrecha correlación con lo que se hace desde el campo, abarcando las diferentes esferas laborales y todas las poblaciones. Después de investigar variada bibliografía y consultar a numerosos profesionales, nos hemos dado cuenta que una de las tantas definiciones que presenta esta problemática es la concepción de fuerza. Por este motivo nos proponemos acercar una definición de fuerza para la Educación Física que condiga de manera exclusiva y excluyente con lo que implica para la disciplina y que no quede librada al azar y a la libre interpretación. De manera tal que adquiera su particularidad y especificidad en el campo de conocimiento –aunque sea de manera provisoria o hipotética, como se determina en el conocimiento científico–.