En las últimas décadas la iniciación al voleibol ha sido entendida de formas diversas de acuerdo a los paradigmas teóricos y didácticos en boga. Las preocupaciones estuvieron centradas en lograr que la pelota se mantuviera en juego la mayor parte del tiempo, y para ello se propusieron la modificación de las dimensiones de las canchas (dibujándolas más cortas y más anchas) y el aumento de las alturas de las redes. Niños y niñas jugaron un juego motor con reglas y principios tácticos de los deportes de cancha dividida, pero con objetivos diferentes al propósito central del voleibol, el cual puede definirse como un deporte de cooperación y oposición jugado en espacios divididos, con estrategias de ataque conquistar el campo contrario a través del pique de la pelota y de defensa para evitar el contacto del elemento en el campo propio. En este marco, presentamos aquí una propuesta didáctica, denominada Monster Block Teen´s (Fotia-Gómez: 2014), que consiste en juegos modificados (simplificados) de voleibol para comenzar a aprenderlo desde el ataque (especialmente el remate) y el bloqueo, es decir, desde las acciones que se desarrollan en la red.