Hay, en la literatura argentina, una interesante cantidad de textos relacionados con la Dictadura Militar 76/83. Algunos de ellos son informativos como Nunca más (1984) que es el informe de la Conadep, Niños desaparecidos. Jóvenes localizados (2016) editado por las Abuelas de Plaza de Mayo, Abuelas con identidad (2012) de la editorial Iamique o En mi nombre, relato de identidades restituidas (2014) de Ángela Pradelli. También hay recopilaciones de escritos de autores desaparecidos como en el caso de Escritos en la memoria (2005) o Palabra viva (2005). Otros son relatos de ex detenidos desaparecidos que reconstruyen la memoria propia y la colectiva como Nosotras, presas políticas (2007) obra testimonial de 112 presas políticas de Devoto; Del otro lado de la mirilla (2003) obra colectiva de los presos políticos de Coronda. Otros son obras ficcionales en las que la dictadura está presente como un marco espacio temporal como El sueño de los murciélagos (2007) de Pablo Ramos o está ligada a la construcción de un personaje como en el caso de Ni muerto has perdido tu nombre (2012) de Luis Gusmán o 1982 (2017) de Sergio Olguín. En otros, el terrorismo de estado es parte del conflicto, como en el caso de A veinte años Luz (2014) de Elsa Osorio que trata de la recuperación de la identidad de una mujer apropiada al igual que La violenta respiración del mundo (2018) también de Pradelli.
Dentro de los textos literarios, algunos son de ficción; otros no. Algunos responden a una estética realista, otros no. Algunos están pensados para un público general, adulto; otros están en las colecciones juveniles y otros son “para primeros lectores”.
En particular, este trabajo se detiene en los libros que están dentro de las colecciones juveniles y que están instalados dentro de la escuela, que no son dos o tres textos al azar que sirven para hablar de un tema, sino que forman parte de un conjunto mayor con un importante desarrollo en Argentina.