En los últimos 20 años las Enfermedades Crónicas No Transmisibles (ECNT) se han convertido en la principal causa de muerte a nivel mundial en las poblaciones adultas, generando así un mayor gasto sanitario a los países y deteriorando la calidad de vida de los sujetos. El ejercicio, y más específicamente el entrenamiento de la fuerza en las últimas décadas se ha posicionado en un lugar protagónico como parte de la prevención y/o tratamiento de las ECNT, tomando en cuenta el papel que protagoniza la masa muscular, entendiéndolo como un órgano con funciones de tipo autocrinas, paracrinas y endocrinas, el cual libera sustancias antiinflamatorias a favor de la salud.