Es a partir de la lectura del devenir de la gimnasia en el SXIX y el XX, que podemos decir que encontramos un gran quiebre en el “progreso” de la gimnasia y es a nuestro entender cuando aparece la gimnasia expresiva alemana de Rudolf Bode. SI bien las gimnasias en cada escuela tenían una impronta diferente, sus objetivos eran muy similares, con una fuerte influencia de las ciencias naturales, fundamentando su práctica principalmente desde el “mejoramiento” del funcionamiento orgánico del ser humano; es de la mano de Rudolf Bode que entendemos se crea una nueva mirada de la gimnasia, influenciado principalmente por corrientes artísticas como la danza, el teatro y la música; fundamentando la práctica de esta gimnasia desde el “conocimiento y disfrute” del ser humano, poniendo a la expresión como uno de los puntales de la gimnasia. Es así que nos encontramos con una nueva mirada de la gimnasia y que podemos decir que a partir de este momento las fronteras entre la gimnasia y otras prácticas artísticas se hacen difusas. A partir de esta idea de fronteras difusas es que nos surge la pregunta que titula esta ponencia ¿será entonces este el fin de la gimnasia?