En el contexto de un multipolarismo del que ya no quedan dudas y un declive de la hegemonía estadounidense, periodo de unipolaridad que caracterizó a la posguerra fría en la transición de los siglos XX y XXI, se avizoran reposicionamientos de los Estados a nivel regional y global. La periferia rusa es escenario de enfrentamientos que demuestran las disputas de intereses entre la Federación de Rusia y el bloque occidental representado por los Estados Unidos (EE.UU.) y la Unión Europea (UE). En este sentido, Ucrania se ha convertido en el centro de las luchas geopolíticas entre un expansionismo europeísta y los intentos rusos por mantener bajo su esfera de influencia a un actor clave en el armado geoestratégico de la región. Líder de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), EE.UU. también ha reafirmado sus intereses en esta área de encrucijada que constituye el espacio postsoviético. Como afirmó el destacado internacionalista brasileño Moniz Bandeira (2017), “Estados Unidos, preocupado por el renacimiento de Rusia como potencia, intentó obstaculizar el restablecimiento de su hegemonía en el ámbito euroasiático” (p. 183). El objetivo del artículo es, entonces, indagar sobre la dinámica territorial del conflicto de Ucrania en el marco de las tensiones geopolíticas y los enfrentamientos de intereses entre los bloques de poder. Desde el punto de vista metodológico, se propone el análisis bibliográfico de diversas posturas y perspectivas analíticas con el propósito de comprender las transformaciones en las relaciones internacionales y en el mapa geopolítico mundial.