Durante más de un siglo, las playas marítimas bonaerenses se han consolidado como un recurso turístico fundante de múltiples asentamientos que irrumpen en una región en la que prima una matriz de desarrollo ligada al modelo agroexportador. En los destinos turísticos de cualidades masivas, el proceso de apropiación de la playa se realizó mediante la emulación de formas urbanas, con el fin de generar una renta turística. El complejo balneario es la formación espacial urbano-turística más densa, en la que se impone un paisaje de “cemento”. El objetivo del presente trabajo es analizar el desarrollo de dos complejos de Mar del Plata: Punta Mogotes y La Perla, indagando sobre la trama y los conflictos desde la oficialización del proyecto y edificación hasta la situación actual, comparando los casos desde una perspectiva diacrónica. Como buena parte de las costas están bajo administración estatal, este se transforma en actor medular debido a las obras públicas que permiten la incorporación al mercado turístico y a que dictamina las normas que garantizan la explotación turística y la propiedad privada temporal de sectores de playa, mediante concesiones. Por tal motivo, el objetivo complementario al primero, es exponer las responsabilidades que tienen los diferentes actores que dominan el proceso, evaluando qué tipo de lógicas entran en tensión con los intereses generales de la población local y turística. Para tales fines, se efectuaron trabajos de campo, entrevistas, relevamientos cartográficos y satelitales, y se recabaron datos e información de los balnearios y de los periódicos locales.