Los trabajos de Ernesto Laclau (2005, 2009) han inspirado una teoría política del populismo que constituye una superación de los enfoques precedentes y que conviene revisar como andamiaje analítico y heurístico. Esta teoría nos ayuda a reconstruir tres dimensiones polémicas que han sido objeto de los estudios sobre la temática. Primero, el populismo asociado a un tipo de discurso. Segundo, como una lógica política que apunta a la producción de una identidad popular (el pueblo) a partir de la interpelación y de la articulación. Tercero, como un proceso político que refiere a la inclusión radical, la transformación del orden social y su relación con la democracia. Como veremos, esta diferenciación tramita algunas de las respuestas para persistentes preguntas.
En la sección que sigue, nos abocaremos a identificar estas dimensiones y, en la segunda, usaremos las categorías para el análisis del kirchnerismo como fenómeno político histórico-concreto.