El cannabis es una planta de crecimiento anual, que ha sido utilizada desde hace miles de años por sus propiedades médicas e industriales. La aparición de fármacos sintéticos, por una parte, y el desconocimiento del mecanismo de acción de los compuestos presentes en la planta por otra, junto con las presiones políticas que empezaron a limitar su uso por cuestiones extra-médicas, hicieron que se perdiera el interés médico por el cannabis, interés que en la últimas décadas se ha retomado intensamente, una vez que se han empezado a conocer tanto lo compuestos presentes en la planta, como los mecanismos neurobiológicos por los que actúa. Hoy día existen sociedades centradas específicamente en el estudio médico del cannabis y de los cannabioides, tanto nacionales como internacionales repartidas por todo el mundo. En Argentina, las principales asociaciones de cannabis medicinal (CAMEDA, Mamá cultiva y APUCAM) buscan lograr un acceso de los pacientes a la medicina de forma legal, acompañados por el sistema de salud, autorizado por entes regulatorios, producido en todas sus formas posibles bajo normas de seguridad y cubiertos por los prestadores de salud. Estas asociaciones utilizan marcas identitarias con representaciones visuales gráficas estereotipadas, relacionadas a otros usos del cannabis, distinto al medicinal, que son vistos como negativos por parte de la sociedad, ya que la asocian a una subcultura y un uso recreativo y prohibido de la marihuana como droga.