La época actual, caracterizada por la caída o vacilación de la garantía paterna, nos muestra nuevas formas de agrupamientos en torno a los modos de goce y ya no solo en torno al ideal.
Se ha concluido en que la identificación freudiana como concepto, no deja ver el goce en primer plano, el cual se erige como modo de lazo social, en las llamadas por Miller comunidades de goce.
Pero el problema es que el goce, que mantiene una relación éxtima con los seres hablantes, no siempre esta subjetivado; hay una porción del mismo que puede presentarse bajo los significantes amos (S1) del sujeto y en ese sentido promover el lazo, y otra porción imposible de significantizar, que hace obstáculo al lazo social, y es lo que podemos encontrar en la base de los fenómenos de odio.