Argentina es uno de los países envejecidos de América Latina. Según Censo Nacional 2010, la población mayor de 65 años ascendía a 4,1millones de personas, representando el 10,2% de la población.
La prolongación de la vida, lejos de considerarse un problema, se reconoce como logro de la humanidad y plantea desafíos. Uno de ellos, las tecnologías informáticas que actualmente constituyen herramienta de comunicación, de gestión y realización de trámites en la vida cotidiana, frente a las cuales los adultos mayores se encuentran objetivamente en desventaja, al no haber sido socializados en contextos de informatización.
Las personas mayores como sujetos de derecho, no acceden a procesos educativos que brinden conocimientos para utilizar las nuevas tecnologías, no existen ofertas educativas que los incluyan como destinatarios atendiendo sus particularidades y necesidades, que les permita reivindicarse como grupo social activo.
Reconociendo que los derechos de las personas de edad representan un eje clave en la agenda social e institucional, el proyecto propone desde una práctica extensionista, contribuir a la integración social de las personas mayores de nuestra comunidad, en espacios de nuevas prácticas socioeducativas inclusivas y de fomento de las relaciones intergeneracionales para mejorar su calidad de vida, autonomía personal y autorrealización.