La agricultura familiar dio históricamente acabadas pruebas de capacidad para generar valor y fuentes genuinas de trabajo y su reactivación contribuirá al arraigo social de la juventud. Frecuentemente, se encuentra integrada a la industrialización a pequeña escala. Este agregado de valor se realiza en las unidades productivas, con limitada disponibilidad de recursos e infraestructura con valiosos conocimientos adquiridos por tradición o la práctica. Si bien muchos aspectos de calidad suelen ser satisfechos, algunos requieren ser mejorados para asegurar la inocuidad de los alimentos, cumpliendo la legislación vigente. En ese marco resulta indispensable acompañar a estos actores productivos, en la construcción y mejora de sus unidades productivas, a pequeña escala, con acciones, como la generación de conocimientos, adaptados a su realidad y la capacitación. Se vislumbra la necesidad de intervenir para aportar en aspectos vinculados con la manipulación de alimentos, implementación de las buenas prácticas de manufactura y transformación de materias primas. En el marco del presente proyecto se plantea realizar actividades con productores familiares para mejorar la calidad e inocuidad de productos de origen animal (queso, embutidos), generando un diálogo en el que se compartan e intercambien conocimientos con los distintos actores para lograr el objetivo antedicho.