Se apunta a la construcción de una salud integral, a partir de trabajar con los usuarios y cultivadores solidarios de cannabis. Las prácticas que implican estos colectivos, se han construido por oposición al modelo médico hegemónico, asentándose en prácticas comunitarias y solidarias alternativas.
En este recorrido se constituyen en actores sociales al disputar la legalidad y legitimidad de sus prácticas, cuestión que se expresa con la sanción el 29 de marzo de 2017 la Ley 27350: “Uso Medicinal de la Planta de Cannabis y sus derivados”. En este contexto se quiere trabajar con usuarios, cultivadores de cannabis y con la población en general a fin de profundizar el acceso de la salud integral como un derecho. Reforzar la organización de colectivos que se organizan a partir de una problemática de salud acuciante y que encuentran en el aceite de cannabis una solución a su problemática. Capacitar a equipos de salud a partir de una introducción a la temática, ya que su desconocimiento por parte de los profesionales, deriva en asesoramientos fallidos de muchos pacientes. Trabajar la desestigmatización de la temática con el conjunto de la sociedad civil y con quienes en particular utilizan el cannabis con fines terapéuticos.