Las personas que asisten a los Centros Asistenciales Odontológicos, también llamados “pacientes”, en los últimos tiempos progresivamente demandaron y hasta exigieron el respeto de sus “nuevos” derechos sanitarios. Este cambio se debió, en primer lugar, a un reconocimiento de los derechos de la persona y a la consideración de sus expectativas y necesidades, esto es, al creciente respeto por la autonomía del paciente. Estudios previos demostraron que la buena relación odontólogo-paciente ayuda a la adhesión a los tratamientos y por lo tanto a su éxito, contrarrestando así una práctica sanitaria tecnificada y poco humanizada. También se observó un incremento de los litigios en el área de la odontología requiriendo necesario usar un documento legal que demuestre la responsabilidad compartida de los pacientes en las decisiones tomadas.