Al tomar contacto con un problema de diseño –definido como todo aquel suceso o situación que puede ser abordada a partir de la labor disciplinar– es probable que quien se encuentre ante su análisis utilice las herramientas propias de la profesión para tratar de dilucidar, al menos, las cuestiones más trascendentales. Ese hecho podría ser denominado diagnóstico preliminar o prediagnóstico. Ahora bien, estas primeras conclusiones, que pueden ser guiadas también por la intuición, deben estar sustentadas por un análisis más profundo y por herramientas metodológicas que sistematicen la investigación.