De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, existen más de 50 millones de personas en el mundo con Epilepsia, concentrándose la mayor proporción en países en vías de desarrollo. En Argentina, particularmente, se estima que 1 de cada 100 personas padece esta enfermedad.El tratamiento de primera elección para controlar la Epilepsia es la farmacoterapia, la cual es sólo eficiente en el 70% de los pacientes. Esta resistencia a fármacos, y los efectos adversos asociados a las drogas antiepilépticas en pacientes responsivos, son problemas de difícil abordaje que no han podido resolverse completamente con la incorporación de nuevas generaciones de compuestos activos. En consecuencia, el descubrimiento de anticonvulsivos más seguros y eficaces constituye un desafío tanto para sectores de la industria como de la academia. En este contexto, la presente tesis doctoral tiene como objetivo general aportar nuevas estructuras activas que surgen del empleo exitoso de metodologías de diseño de fármacos, síntesis y evaluación biológica. Para ello se generó una familia de ɑ-hidroxiamidas N-sustituidas, las cuales fueron el punto de partida para la construcción de derivados cíclicos y también otras estructuras que incorporan grupos halógenos o éteres.Se han aportado 18 estructuras, pertenecientes a diversas familias de compuestos, cuyas evaluaciones preclínicas resultaron ser exitosas y promisorias como anticonvulsivos. Adicionalmente, se ha avanzado en la identificación del mecanismo de acción de las estructuras activas, partiendo del uso de herramientas in silico y luego corroborando los resultados in vitro.