Para Enrique Dussel, el proceso de organización popular es un pasaje del poder potencial del pueblo (potentia) al poder real (potestas). El pueblo se brinda autónomamente instituciones para ejercer delegadamente el poder concreto. La organización es condición necesaria para cumplir con la voluntad de vida del pueblo. La organización social es un momento del desarrollo de los sujetos colectivos caracterizado por las funciones heterogéneas, diferenciadas, donde cada miembro aprende a cumplir responsabilidades diferentes, pero dentro de una unidad de consenso del pueblo. La organización se ubica en un nivel intermedio, social, civil de la existencia del ejercicio delegado del poder. Es una institución política de la sociedad civil, del Estado en sentido ampliado, gramsciano. En la organización, la comunidad impotente se torna potente y puede poner los medios para su sobrevivencia (Dussel; 2012:156). Para Javier Bráncoli, las organizaciones territoriales-comunitarias constituyen un subconjunto de organizaciones populares que se desarrollan en el margen de la sociedad (desafiliación) y de la ciudad (relegación socio-espacial) simultáneamente. Los sectores más desfavorecidos sufren una múltiple marginación, social, económica y espacial. La comunidad emerge como una forma posible de acción colectiva entre quienes están obligados a ayudarse como forma de sobrevida. La comunidad, en el contexto del barrio de segregación, es al mismo tiempo un lazo social multiafiliatorio, un modo vecinal de construir el territorio y un modo de producir basado en la reciprocidad. Y la ayuda mutua (Bráncoli; 2010:43). Esta ponencia tomó como referencia empírica fundamental a las estructuras de acción colectiva de tipo territorial comunitarias debatidas en la catedra de TsySC durante los años 2017 a 2019.