La crisis del neoliberalismo ha dado lugar en América Latina al surgimiento de un profundo debate sobre las alternativas para el desarrollo de los Pueblos en la región. En algunos países (como Venezuela, Bolivia o Ecuador) los movimientos populares han lograr desplazar en buena medida a las burguesías locales del control del Estado y a partir de allí han comenzado a avanzar en el diseño de nuevas formas de desarrollo socio-productivo (Thwaites Rey, 2010) con tendencia socialista. En otros países, como Argentina o Brasil, la crisis del programa neoliberal no permitió a los Pueblos desplazar a las clases dominantes y sólo significó la superación dialéctica del neoliberalismo por un nuevo proyecto con tendencia hegemónica: el neodesarrollismo (Féliz y López, 2010). Frente a los proyectos de tendencia radical el proyecto neodesarrollista, que tiene su fundamento teórico en la nueva economía estructuralista o neoestructuralismo (FGV, 2010), ha intentado colocarse como el nuevo paradigma articulador de los proyectos de desarrollo capitalista en la región.
En este trabajo analizaremos esa alternativa –el neodesarrollismo estructuralista– que busca convertirse en agente orientador de una nueva modalidad de desarrollo capitalista en la periferia. Nos concentraremos en la experiencia de la Argentina desde 2002. Primero, presentamos los principales argumentos que sostienen el proyecto neodesarrollista y su fundamento teórico (el neoestructuralismo). Luego – en las secciones tres y cuatro – realizamos una serie de críticas conceptuales y empíricas de esa propuesta. Finalmente en la sección quinta presentamos algunos lineamientos de lo que podría ser una alternativa popular al neodesarrollismo: una macroeconomía basada en lo que denominamos – siguiendo a Lebowitz (2005) – la economía política de las trabajadoras y los trabajadores. El texto cierra con unas breves conclusiones preliminares.