En el plano discursivo del entorno digital surgen nuevas maneras de comunicar, los textos se caracterizan por ser abiertos y flexibles, permiten a los usuarios recorridos más libres que las piezas comunicacionales del entorno analógico. Surgen nuevos géneros, como los foros, los chats, el email, el tweet, etc. Otros recursos para una expresión escrita más veloz, como los emoticones o los emojis.
En este sentido, Serres (2014) celebra el paso de un individuo pasivo a otro más activo con la irrupción de las pantallas, pero propone la metáfora de un ser humano que por los artefactos digitales de comunicación se ha quedado sin cabeza. Con ello, se propone mostrar cómo en la actualidad muchas tareas o actividades que el hombre hacía con gusto, las ha delegado en la computadora o celular, produciéndose una descarga cognitiva. Por ejemplo, no se hace el esfuerzo de recordar números de teléfono, direcciones o fechas de cumpleaños. Así, podemos relacionar este planteo con el de Castells (2014) que lo lleva al plano educativo y dice que entonces la función central de la escuela no consiste en llenar de contenidos al alumno, porque todos los conocimientos ya se encuentran disponibles en la web, sino por el contrario el reto es enseñarle a buscar, seleccionar y jerarquizar ese contenido. En resumen, el planteo es dejar una educación basada en lo memorístico a otra en la cual la enseñanza se centre en la formación de criterios para analizar la información que circula en gran volumen, velocidad y fácil acceso por la web.