Este trabajo surge del disfrute y de la incomodidad. Del disfrute de mirar un producto que a mi criterio, realiza aportes muy interesantes al universo de los consumos culturales infantiles sobre la visión del mundo, del país, de las personas y de sus condiciones políticas, sociales y culturales. Y de la incomodidad ante ciertas construcciones ideológicas que cruzan las tramas argumentativas del dibujito “El Asombroso Mundo de Zamba”. Incomodidad que no puso necesariamente en jaque el disfrute, sino que lo resignificó y lo complejizó sugerentemente.