La metodología de clase invertida presenta «importantes potencialidades» cuando se puede aplicar en los «contextos adecuados» y con los «recursos apropiados», dimensiones que deben abarcar tanto los recursos humanos como tecnológicos. Conocer estos tres aspectos entrecomillados resulta esencial para comenzar su aplicación en una cátedra universitaria con metodologías más tradicionales de enseñanza y aprendizaje, como es el caso de la cátedra de Física I, Facultad de Ingeniería, Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, Sede Trelew. Estos aspectos fueron evaluados a través de encuestas digitales contestadas por 20 alumnos, otra destinada a los 5 auxiliares de la materia, seguida de una entrevista grupal focalizada y finalmente tres entrevistas a informantes claves del personal no docente de la institución. Si bien en este trabajo se profundiza sobre los docentes, se encontró que los estudiantes tienen alta disponibilidad tecnológica, mientras que la producción de materiales y la evaluación crítica de contenidos muestra bajos indicadores; ellos reconocen las utilidades de las TIC en general y de diferentes programas para la enseñanza y el aprendizaje en particular, valorando en gran medida que los docentes las empleen, a la vez que reclaman una mayor presencia en los programas curriculares. Por otro lado, las interacciones con el personal no docente ponen en relevancia la necesidad de pensar que la metodología no requiera del uso in situ de los recursos actuales con los que cuenta la sede. El análisis de las competencias y trayectorias del personal de la cátedra muestra que se deberá trabajar en talleres internos de sociabilización de la metodología, recursos TIC, plataforma de la universidad, acompañamiento y trabajo colaborativo virtual, entre otros aspectos, si se desea que la metodología pueda implementarse, generar una buena práctica docente y que la misma permita buenos procesos de aprendizaje y enseñanza.