Si se me preguntara cuál es el país donde el explorador y el naturalista tienen más probabilidades de descubrir tipos desconocidos de los vertebrados más elevados, indicaría sin trepidar el interior de Patagonia. Casi deshabitadas, y con un clima invernal severo, gran parte de esas regiones son des conocidas prácticamente para el europeo, mientras que para el naturalista se puede decir que son aún casi terra incógnita. Como resultado de este aislamiento, los rheas ó avestruces americanos, con los guanacos, las liebres patagónicas y el ciervo andino, animales todos en vía de extinción en los territorios poblados de la Argentina, viven y prosperan en gran número en las llanuras, valles y montañas de la Patagonia.
Con todo, á esa región remota empieza á llegar la civilización, aunque lentamente, y grandes áreas de los territorios del Río Negro y del Chubut están ya en manos de los criadores de ganado; de modo que no pasará mucho tiempo sin que la misma destrucción de la vida animal nativa que ha tenido lugar en las pampas argentinas, llegue hasta allí. Esto, pues, deben tenerlo presente los naturalistas y hacer esfuerzos para obtener ejemplares de los animales nuevos antes de que sean extirpados por la implacable mano del hombre.