Las enfermedades transmitidas por vectores, estrechamente asociadas a condiciones ambientales, como la leishmaniasis, han sido un argumento frecuente del impacto del cambio climático en la salud. Desde el aspecto biológico la interacción de diferentes variables tienen efectos diversos y aun contrapuestos sobre la supervivencia de los vectores y la probabilidad de transmisión de los patógenos. Los estudios sobre eco- epidemiología de leishmaniasis en Argentina, a diferentes escalas de espacio y tiempo, han demostrado que los factores que determinan cambios en la transmisión debido a cambios o aumento en la frecuencia e intensidad de la inestabilidad climática, expresados mediante cambios en la probabilidad de contacto efectivo reservorio-humano-vector, están modulados tanto por efectos directos sobre la biología y ecología de los organismos involucrados, como por los cambios culturales y de comportamiento de las comunidades humanas expuestas. Tomado como ejemplo dichas investigaciones, desde la perspectiva de la salud pública y de una política de estado, ante la velocidad no lineal del cambio e inestabilidad climática, se concluye que discutir sobre las incertidumbres de modelos a gran escala resulta de menor impacto que generar estrategias de mitigación, compatibles con el desarrollo sustentable, la conservación de la biodiversidad y el respeto por la diversidad cultural, para ser aplicadas a nivel local.