En marzo la Organización Mundial de la Salud (OMS) calificó como pandemia el avance del Covid-19 y esta declaración marcó un antes y un después para todas las sociedades del mundo. Las indicaciones de distintos organismos e instituciones internacionales para los gobernantes de todos los países afectados consistieron en recomendar distintas líneas de acción que en algunas regiones fueron más atendidas que en otras. En ese sentido el aislamiento social preventivo y obligatorio constituye una de las decisiones más importantes que tomaron desde un primer momento los mandatarios de países que priorizaron la vida y la salud de sus habitantes. Esto produjo un cambio profundo en los modos de vida, signados por las limitaciones de circulación, complejidades económicas, reorganizaciones laborales y las distancias exigidas entre personas. Sin dudas, uno de los factores más complejos de abordar está vinculado a las condiciones socio-económicas particulares, que en muchos casos dificultan afrontar el aislamiento no deseado pero necesario.El lema principal de la campaña comunicacional oficial consistió en un principio en hablarle a cada persona desde la individualidad para convergir en una finalidad colectiva. El lema común para motivar el cumplimiento del aislamiento obligatorio fue: “Si te quedás en casa nos cuidás a todos, quédate en casa”. Esta propuesta tenía dos finalidades: por un lado, reforzar el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) emitido por el Presidente Alberto Fernández, que disponía la obligatoriedad de la medida y las consecuencias del incumplimiento; y por otro, hacer parte a cada sujetx de un colectivo común con un objetivo prioritario y superador, que después de tantos años de tensiones ideológicas y políticas encontró su cauce a través de la situación pandémica. Esta etapa inicial que tenía como finalidad evitar la propagación del virus para prevenir contagios y no saturar el sistema de salud, implicó (re)pensar cuáles eran las calidades habitacionales más complejas del entramado social, entendiendo que las condiciones de sobrepoblación y aglomeración funcionan en estas circunstancias como un elemento que propicia contagios en caso de detectarse casos positivos de Covid-19. El desafío entonces consistió (y consiste) en abordar la situación desde una mirada abarcativa y no excluyente, no sin que surjan conflictos propiciados por los intereses económicos de grandes empresas y la difusión de falsas noticias con titulares sensacionalistas por parte de los medios de comunicación.