El kirchnerismo acaba de atravesar su primera prueba de fuego (aunque en este caso, alcanzó con el humo) y salió ciego y desorientado. El kirchnerismo remite de aquí en más a las administraciones de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner, de manera que el período en consideración se inicia en mayo de 2003 y se prolonga hasta el presente. La prueba del humo que atravesó este kirchnerismo remite por su parte, naturalmente, al lock-out capitalista agrario y al conflicto en su conjunto que desató su intento de modificar el régimen vigente de retenciones a las exportaciones agrarias, es decir, al proceso que se extiende durante los cuatro meses que van desde el anuncio de un nuevo régimen de retenciones móviles (la resolución 125/08) por parte del entonces ministro de economía Martín Lousteau el 11 de marzo de 2008 hasta el anuncio de su derogación (el decreto 1176) por el entonces Jefe de Gabinete Alberto Fernández el 16 de julio siguiente. La caracterización de este proceso, acaso inédito en la historia argentina, es muy compleja y controvertida. La intención de estas páginas no consiste tanto en caracterizarlo cuanto en analizar sus consecuencias políticas para el kirchnerismo.