Una de las cuestiones claves para comprender la dinámica de la difusión del zen en Occidente es el estudio de la manera en que encaran la sustentabilidad los distintos grupos zen que en las últimas décadas se han desarrollado en esta parte del globo. Esto implica preguntarse cómo sobreviven a corto y largo plazo y cómo generan suficientes ingresos para permanecer viables (Koné, 2001). En la presente monografía intentaremos dilucidar estas preguntas, esbozando, en primer lugar, la forma tradicional japonesa de sustentabilidad de los templos zen y los desafíos que presentan los grupos de esta religión en la Argentina a la hora de producir comunidades duraderas. En segundo lugar, distinguiremos tres modalidades de organización económica del zen local, basándonos en las particularidades de los lugares en los cuales se instalan. Por último, analizaremos los fundamentos simbólicos que, en cierta forma, contribuyen a la legitimación del soporte material que los mismos miembros de los centros realizan para que estos continúen existiendo, tomando en cuenta las representaciones que se ponen en juego en dichos ámbitos en torno al dinero, el don y el trabajo.