Varios autores (Basualdo, 2006; Ortiz y Schorr, 2006; Schvartzer, 1986) coinciden en señalar que a lo largo de los últimos treinta años se instaló entre las grandes empresas que operan en Argentina una actitud sumamente favorable hacia operaciones financieras y especulativas, que implicó a su vez una marcada desatención a las actividades productivas en sus negocios originales. Más aun, ha habido quienes sugirieron que esta propensión a permanecer desvinculados de actividades productivas que impliquen plazos prolongados de maduración constituye una peculiaridad propia del empresariado argentino cuyo origen se remonta hasta los años de la experiencia agroexportadora (Sábato y Schvartzer, 1983). Una literatura amplia ha discutido los obstáculos que este comportamiento particular interpone en el proceso de crecimiento, la inversión y las posibilidades de la estructura económica de absorber empleo. Sin embargo, pocos estudios se han preocupado por encontrar evidencias empíricas cuantitativas que permitan determinar su importancia y rasgos característicos en el ámbito de las propias empresas. El proyecto de investigación del que forma parte este trabajo está motivado por ese vacío. Su propósito más inmediato consiste en encontrar indicios cuantitativos acerca de la dimensión del fenómeno y su evolución en el ciclo, las diferencias existentes entre las empresas de acuerdo al origen del capital, o a la transabilidad internacional de su producción, la composición de esos activos financieros, etc. Asimismo, el proyecto se preocupa por establecer un marco conceptual e histórico de referencia que permita una interpretación más general del problema. Para ello se nutre de trabajos que describen procesos similares en otros países -en especial de países desarrollados- e intenta interpretarlos a partir de las dificultades que atraviesan las firmas en su proceso de crecimiento.