La verificación más importante que podemos hacer en un primer momento es que el Estado en el modo de producción capitalista responde a una necesidad histórica de la burguesia, no sólo de la burguesía del siglo XVIII sino que la atraviesa temporalmente hasta nuestros días. Esta constatación no es menor, ya que los liberales del siglo XVIII y XIX soñaban con una sociedad libre, donde el Estado tuviese cada vez una relevancia menor en el escenario social y económico, y pareciera queen muchas etapas de la dominación burguesa, el Estado tuviese connotaciones no-productivas, poniendo límites a la libertad y a la iniciativa privada, volviéndose indeseable para aquella clase social que precisó del mismo. Ahora, si acaso el Estado es una institución autónoma de la clase dominante, siendo disputada por distintos sectores de la sociedad civil, conformados o no en partidos políticos; arbitrando en las disputas económico-sociales de la sociedad en pos de una voluntad general, constituida en leyes universales del hombre, entonces, el Estado mantiene un papel conciliador, mediador y regulador delos conflictos originados por la sociedad. Por lo tanto, Estado y sociedad civil están separados, configuran dos lugares distintos, el primero un lugar público, donde se gobiernan los intereses del pueblo, y el segundo un lugar privado donde los individuos son libres, y a cuota de su libertad existe el Estado.