La Profesión Docente, en particular la de maestros y maestras de educación básica, alude a un conjunto de saberes y experiencias que construyen un ethos particular. Este, trasciende a los individuos y les asigna identidades colectivas que se construyen en la intersección entre la historia de la profesión, las representaciones sociales, las identificaciones particulares, las concepciones hegemónicas sobre la infancia y las orientaciones del Estado.
En el caso argentino, el ser maestros y maestras alude a metáforas tales como: el sacerdote, el técnico, el trabajador, el obrero de la tiza, el profesional. Cada una de ellas ha tenido –y tiene- connotaciones diferentes en la definición y construcción del puesto de trabajo, porque supone un actor social diferente operando en el campo de la cultura.
Lejos de ser estas metáforas construcciones discursivas, son generadoras de prácticas que legitiman políticas y representaciones sociales en torno a la docencia.
Un análisis de estas metáforas, de las formas en que los docentes se identificaron con ellas para construir su profesionalidad, la definición del puesto, la problematización de la infancia y los imperativos del Estado hacia el sector, constituyen los ejes sobre los cuales habla esta ponencia.